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– El director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales, afirmó además que “si esto no termina con un cambio de gabinete, el triunfador será Piñera y la oposición habrá dejado pasar una oportunidad histórica”.
Tras conocerse la declaración ante la fiscalía del ex general de Carabineros Mauro Victtoriano, quien aseguró que informó personalmente –por vía telefónica- al ministro del Interior, Andrés Chadwick, que Camilo Catrillanca no estaba armado al momento del ataque de efectivos policiales que terminó con su muerte, la oposición ha estado presionando al gobierno para que el secretario de Estado salga de su cargo, ya que esto no se hizo público el día que murió el comunero mapuche.
“La renuncia de Chadwick es inevitable bajo dos condiciones. La primera, que el Presidente entienda que mantener a Chadwick en el gobierno es más costoso que destituirlo. La segunda, es que la oposición debidamente organizada desde la DC hasta el Frente Amplio, reúna los antecedentes para una acusación constitucional”, planteó el director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.
El académico afirmó que “las explicaciones del ministro son suficientemente débiles y, en tal sentido, su accionar podría caer en la categoría de notable abandono de deberes”.
Morales dijo que “por eso mismo, la oposición debe dejar de pensar que las encargadas de presionar a Chadwick sean las redes sociales. En algún minuto deben aparecer los partidos y sus liderazgos”.
El analista añadió que “si esto no termina con un cambio de gabinete, el triunfador será Piñera y la oposición habrá dejado pasar una oportunidad histórica. Acá no se trata de que la oposición pisotee al gobierno. Simplemente se trata de aclarar los hechos y sancionar a los responsables”.
Además, enfatizó que “si Piñera no destituye a Chadwick, entonces se le podría venir un verano tormentoso. Alguien de la oposición debe ser capaz de organizar, dirigir y fundamentar una acusación constitucional. Esa es la amenaza que Piñera debe percibir como creíble para proceder a un cambio de gabinete”.
En este contexto, añadió que si bien en cierta medida el caso de Fernanda Bachelet ayudó al gobierno a “tapar” el caso Catrillanca, el manejo errático generó otras repercusiones negativas para el Ejecutivo: “El problema, es que ahí salió dañado el ministro de Hacienda. Por tanto, el gobierno se encuentra en el peor de los mundos: un ministro acusado de esconder información, y otro ministro sindicado como impreciso o -para algunos- mentiroso. Claramente, la imprecisión de Larraín en nada se asemeja a lo que sucede con el caso Catrillanca, pero de todas formas torpedea las bases institucionales del gobierno”, sentenció.