Un vino orgánico 100% artesanal con reminiscencias del siglo XIX, fruto de una valiosa tradición familiar es el que degustaron quienes visitaron la Expomundorural 2010, en el Parque Padre Hurtado de La Reina.
Se trata del vino orgánico “Jardín del Cabo”, que Sergio Zúñiga, pequeño productor del sector Lo Marchantt, comuna de Marchigue, exhibe con orgullo a quienes se acercan a su stand en la feria campesina.
Uno de los aspectos que más destaca este agricultor que se declara ecologista es que no utiliza elementos químicos en su viña ni en el proceso de elaboración de su noble vino.
Se declara un amante de la madre tierra, de la cual lamenta su creciente degradación, razón por la cual lucha a partir de su negocio como vitivinicultor para difundir el cuidado del medio ambiente y la salud de las personas.
Sergio Zúñiga destaca que su vino es envejecido en barricas de roble de Bosnia y Americano, y que “en boca se nota concentrado y de gran astringencia, cuyos taninos, redondos y muy amigables, habitualmente con gran expresividad al degustarlos”. En cuanto al proceso de elaboración, la refriega o molienda de la uva se realiza en forma tradicional, es decir manualmente, sin uso de maquinarias, y el sistema que usa no es de filtrado, sino el de la usanza de griegos y romanos para su decanto.
El clima presente en esta zona de Marchigue, valle de Colchagua, hace que se produzcan vinos tintos de finísima calidad, especialmente Merlot, sostiene Sergio Zúñiga.
El vino orgánico producido por esta viña es de exportación, muy fino, de boutique, el cual se expende en tiendas del ramo, en restaurantes de gran nivel, en supermercados y en forma directa al público durante exposiciones que se realizan en las diferentes zonas del país, fiestas gastronómicas, degustaciones y fiestas de vendimias. Está recomendado para todo tipo de menus: para consumirlo acompañado de pastas, quesos, carnes, entre otros.