Ausentismo crónico: Importante responsable de la deserción escolar

Editado por Gety Pavez Vidal
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 Como consecuencia de faltar a clases reiteradamente, los estudiantes en su vida se presentan como menores sueldos y mayores periodos de cesantía.

 
Que un alumno faltó más de un 10% de clases (20 días aproximadamente en un año) se considera ausentismo crónico, situación que afectará de forma inmediata y en su vida adulta. Rebeca Molina y Carolina Larraín son las creadoras de Programa Presente, el cual espera entregar herramientas metodológicas a todos los centros de educación para frenar el ausentismo crónico en sus establecimientos.

 
En nuestro país, 1 de cada 3 estudiantes se presentó ausentismo crónico el año pasado según el último análisis publicado por Incremental. Esto significa que casi 900 mil estudiantes podrían verse afectados por las consecuencias del ausentismo crónico. Aunque las razones para que el alumno se caiga, las clases pueden ser infinitas, la que generalmente se ve en los casos en que la gente le falta las familias en la escuela y no toma la importancia 
El daño de la formación académica del alumno y sus bajas probabilidades de graduarse, son algunos de los efectos que pueden afectar a los estudiantes que pierden clases regularmente. "La investigación internacional nos muestra las posibilidades de desertar casi se duplica por cada año que tiene ausentismo crónico", señala Rebeca Molina, directora de Programa Presente, fundación dedicada a promover la asistencia escolar.
 
Sin embargo, Molina aclara que el impacto no es solo académico. "Un alumno que falta un 10% del año es más propenso a tener sueldos más altos y más largos de cesación que sus compañeros, que no lograron mucho en la plenitud de los hábitos que son fundamentales para la vida adulta, como la responsabilidad y superación de las dificultades" .
 
Para evitar lo anterior, las experiencias que plantean que se debe educar a la comunidad escolar en torno a la relevancia de la asistencia y "saber que en nuestro colegio de verdad vale la pena ir a clases porque es importante y aporta a mi futuro ", Señala Carolina Larraín. Y agrega: "hemos visto que los establecimientos se desvelaron buscando incentivos, pero solo lograron que la asistencia fuera por un período de tiempo acotado". Según Larraín, esto se debe a que no están resolviendo el problema de fondo que es la falta de valoración.
 
Buscando una ayuda a los alumnos en la mejora de la asistencia de sus alumnos, la Fundación Presente puede ayudar a los alumnos a acceder a la información básica, básica y media instalar, lo que les gusta llamar, "una cultura de asistencia" su comunidad escolar. Lo que se logra es conciencia en el colegio y la familia en relación con la importancia de asistir a clases. 
 
"Nuestro foco es absolutamente pedagógico, pues nos interesa prevenir que los alumnos se vean dañado. Nuestro método es trabajar codo a codo con los colegios, acompañarlos y ayudarlos en este proceso ", enfatiza Rebeca Molina.
 
La metodología que ha desarrollado Presente, tiene como principal objetivo lograr que los colegios mejoren la asistencia de sus alumnos, apoyándolos en la implementación de un plan anual que cuenta con visitas cada quince días.  “La experiencia ha sido excelente. El 2017, los colegios con los que trabajamos lograron subir dos puntos su asistencia anual, viendo en los estudiantes, la valoración de su asistencia a clases”, comenta Molina a lo que agrega: “De esta manera también pudimos ver que hubo un cambio en la cultura de los establecimientos educacionales, generando un cambio de ambiente, ya que los profesores recuperan el sentimiento de generar cambios en sus alumnos y los apoderados se reconectan con el colegio y así se logra una comunidad alineada”, enfatiza Rebeca Molina, creadora del www.programapresente.cl
 
 
 
 
 
 

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