Con el objetivo de fortalecer las capacidades de los fruticultores locales en especial de pequeños productores de frambuesas, se realizó un día de campo en la comuna de Chimbarongo. Este evento, organizado en el marco del proyecto ‘Drosophila suzukii: Plaga Presente-Futura Convivencia’, ejecutado por la Universidad de O’Higgins (UOH) y financiado por el Gobierno Regional de O’Higgins, permitió a los participantes aprender sobre la identificación y manejo de las plagas Drosophila suzukii y Ceratitis capitata.
Paula Irles, coordinadora del proyecto, comentó: “Durante esta actividad, compartimos experiencias de manejo cultural e identificación de la mosca. Trajimos lupas para que los productores pudieran identificar la mosca adulta y su estado larvario, además de aprender a preparar trampas para un correcto monitoreo. Realizamos un recorrido por el huerto para fomentar el diálogo sobre los temas que preocupan a los productores, especialmente el manejo de plagas como la mosca de alas manchadas, Drosophila suzukii, de reciente llegada al país”.
El comportamiento de la plaga se caracteriza por su desarrollo y reproducción óptimos a temperaturas que oscilan entre los 20 y 25°C. Sin embargo, su tasa reproductiva disminuye considerablemente con temperaturas por debajo de los 10°C y por encima de los 30°C. Esta plaga predomina en ambientes con abundante humedad relativa. Además, la hembra tiene la capacidad de invernar estando fecundada y oviponer apenas aumente la temperatura.
Debido a la detección de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) en la comuna de Chimbarongo, donde se generó un brote, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) fue invitado a participar en la actividad. Actualmente, se está implementando un plan de emergencia para erradicarla. “Esta actividad proporcionó una oportunidad para comparar los daños causados por ambas moscas, la Drosophila suzukii y la mosca de la fruta, y discutir las implicancias regulatorias y de manejo para la próxima temporada”, señaló Irles.
Para José Antonio Reis, agricultor de la comuna, la Universidad de O’Higgins los ha ayudado muchísimo, y gracias a su apoyo se sienten más preparados para la próxima temporada de cosecha que empieza en diciembre. “Hemos aprendido a manejar la plaga para evitar grandes pérdidas económicas y sabemos que debemos convivir con ella debido a su rápido ciclo de vida. Es vital aplicar estos conocimientos en nuestros huertos para mantener el problema bajo control y proteger nuestras fuentes de ingresos como pequeños agricultores”, explicó.
Estas medidas buscarán socializar el problema y asegurar que los agricultores estén informados a tiempo, permitiéndoles tomar medidas efectivas para proteger sus cultivos y mantener la productividad.
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