Lamentablemente, la tónica de los últimos años parece ser que la agenda legislativa no avanza si no es presionada por la contingencia policial y/o mediática, quedando inmovilizados y en un segundo plano anuncios y proyectos de ley fundamentales para implementar una agenda social poderosa que resuelva los problemas que aquejan a quienes viven en Chile.
Es el caso del proyecto de Ley que institucionaliza el Sistema Nacional e Integral de Cuidados. Esta política, anunciada en la primera cuenta pública del presidente Gabriel Boric y cuyas bases fueron lanzadas en octubre pasado, no cuenta con una normativa jurídica que institucionalice su funcionamiento y asegure su financiamiento, de tal manera que hoy se encuentra sujeta a las prioridades del gobierno de turno.
Contar con un Sistema Nacional de Cuidados no es un anhelo reciente en el país. Hemos sido testigos y parte de su impulso en los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, y visto cómo fueron reforzadas en la última Ley de Presupuestos, donde se incrementaron los recursos para programas de Cuidados Domiciliarios, Centros Comunitarios de Cuidados, Establecimientos de Larga Estadía y Viviendas Tuteladas, entre otros. En la atención diaria de miles de personas, vemos la urgencia de avanzar para ampliar la oferta y la calidad de lo que hacemos.
Pese a lo anterior, a menos de un mes para una nueva cuenta pública, el proyecto de ley sigue sin presentarse ante el Congreso, retrasando una discusión que parece reunir apoyos políticos transversales, lo que no es menor en el polarizado escenario actual. ¿Qué esperamos entonces?
Las personas mayores, aquellas con discapacidad y dependencia, las niñas, niños y jóvenes, y todas sus cuidadoras y cuidadores, merecen ser el centro de la atención pública. No perdamos la oportunidad de responder a sus necesidades.
Liliana Cortés
Directora Social Nacional del Hogar de Cristo