· Los resultados se lograron mediante un estudio de la terapia CPAP, la cual se aplicó desde la atención en urgencia cuando un menor presenta los primeros síntomas de insuficiencia respiratoria.
La terapia CPAP de burbujas, es un método de asistencia no invasivo, capaz de mejorar el trabajo respiratorio y reducir la necesidad de intubación de pacientes menores de dos años que presentan dificultad respiratoria. Sus primeras apariciones datan de las décadas 60´y 70´, siendo usada desde entonces por las diversas unidades de cuidados intensivos pediátricos del mundo. El Hospital Regional del Libertador Bernardo O’Higgins (HRLBO) utiliza este sistema desde el 2003 y, actualmente, se convirtió en el único y primer centro de salud público latinoamericano en protocolizar la terapia CPAP en pacientes pediátricos que requieran atención fuera de UCI, como servicios con cama media o la urgencia.
Este trabajo se consagró en campañas de invierno para enfrentar los diferentes virus respiratorios que circulan en esta época. Así lo sostiene el jefe de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico del HRLBO, Dr. Marcos González quien refuerza, “esta estrategia permite aumentar la humanización de la atención, acortando tiempos de hospitalización del menor, suavizando su estancia y experiencia”.
De acuerdo a los registros del especialista entre los años “2016 al 2019, tras llevar -el sistema- a salas medias, estudiamos 329 niños conectados a CPAP en sala pediátrica, de los cuales solo ocho, en cuatro años, requirió intubarse. Es decir, se evitó la conexión a ventilación mecánica invasiva en más del 90% de menores con insuficiencia respiratoria moderada. En la literatura internacional no existe reporte que registre una tasa de intubación menor a la nuestra, por ello es que somos el único hospital público de Chile y el mundo, que amplió el uso del CPAP de burbujas”, puntualizó.
Pero, ¿en qué consiste el CPAP?
El pediatra del HRLBO explica que “es un sistema de presión positiva, continua, que ingresa por la vía aérea del paciente, usando de interfaz una cánula nasal para apoyar el trabajo respiratorio, administrando una mezcla de aire y oxígeno que, sacados desde la red, se temperan, humedifican y se presuriza en una trampa de agua, sumergiendo, el extremo del circuito a seis centímetros de agua. Con esto aseguramos que la mezcla de gas se entregue tibia, con 100% de humedad a presión positiva”.
¿Qué beneficios implica esta terapia respiratoria?
“Que su aplicación ayuda en la insuficiencia respiratoria casi independiente de la causa. Alivia y apoya a los pacientes que cursan con bronquiolitis por Virus Respiratorio Sincicial o por otros virus, disminuye el trabajo respiratorio del paciente, impidiendo el colapso alveolar en la espiración, generando una mejor evolución, bajando el riesgo de ventilación mecánica invasiva. También lo que hemos visto en el transcurso de los años es que la hospitalización se ha reducido en dos días”, sostiene Marcos González.
Sobre el aporte científico y las revistas especializadas
El jefe de la UPC, manifiesta que “estamos recopilando datos suficientes para levantar una publicación, ampliando a siete años el conteo, desde el 2016 en adelante, para dar cuenta de la experiencia de usar CPAP en salas medias con mayor robustez. Queremos aportar a las revistas de educación científica internacionales y, para ello, estamos desarrollando un trabajo de comparación con el Hospital Padre Hurtado, que utiliza cánula nasal de alto flujo en sus salas pediátricas. El objetivo es valorar ambas terapias, su impacto y efectividad. Apostamos en ello, a que nuestra innovación tiene una trascendencia superior, visto desde la reacción que a diario vemos en los menores, que después de estar -solo dos horas- conectado a CPAP presentan una mejoría importante”, finaliza el Dr. González.