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Estudios demuestran que el consumo de chía contribuye a la reducción del colesterol y el hígado graso

Editado por Gety Pavez Vidal
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        Según la revisión científica publicada recientemente en la Revista Chilena de Nutrición, existe una relación altamente positiva entre el consumo de este superalimento y su aporte nutricional. Su contenido de ácidos poliinsaturados con omega 3, fibra dietética, proteínas y antioxidantes, tiene además un impacto directo en la salud cardiovascular, las alteraciones metabólicas y el peso corporal.

Tener buenos hábitos alimenticios para cuidar de la salud, es un tema que ha cobrado cada vez mayor relevancia en la sociedad chilena, sobre todo considerando que Chile fue posicionado el año pasado, como el país de la OCDE con mayor obesidad y sobrepeso, alcanzando al 74% de la población adulta y al 52% de los niños.

En este contexto, una nueva revisión científica publicada en la Revista Chilena de Nutrición reveló que el consumo diario de chía tiene beneficios importantes para la salud cardiovascular, alteraciones metabólicas y el peso corporal, mostrando un impacto especialmente importante en la reducción del colesterol y el hígado graso.

El análisis, que contempla diferentes estudios realizados a nivel mundial desde 2013 hasta 2021, explica que estos beneficios están asociados a los ácidos grasos esenciales omega-3 encontrados en la chía (semilla, aceite y harina) que producen una redistribución lipídica, disminuyendo los niveles triglicéridos (tipo de grasa que se encuentra en la sangre) y el colesterol total, además de aumentar los niveles de colesterol HDL (que ayuda a eliminar otras formas de colesterol del torrente sanguíneo), lo cual tiene efectos cardioprotectores y hepatoprotectores.

Según explicó Rodrigo Valenzuela, doctor en Nutrición y Alimentos de la Universidad de Chile y uno de los investigadores de este estudio, “el desequilibrio que existe en la relación de ácidos grasos en nuestra alimentación es responsable de lo que se denomina hoy como enfermedades crónicas modernas, entre las cuales se encuentran los problemas cardiovasculares, la obesidad, la diabetes, entre otras, que tienen un fuerte efecto inflamatorio”.

Por ello, la mejor manera de protegerse contra la inflamación de los tejidos y este tipo de patologías es “restablecer el equilibrio en nuestros alimentos, lo que se puede lograr disminuyendo la ingesta de aceites ricos en ácidos grasos omega-6 (aceite de maíz, girasol, cártamo, semilla de algodón y soja) y aumentando la ingesta de aceites ricos en omega-3 (chia (63%), perilla (59%), linaza (54%), y canola (10%)”, recomienda el experto.

Sumado a lo anterior, el alto contenido de proteínas, y antioxidantes de la semilla, tienen grandes aportes nutricionales que contribuyen a mantener una buena salud en general y podría tener un impacto asociado a la prevención y tratamiento de diversas enfermedades como dislipidemia, hipertensión, algunos tipos de cáncer entre otras.

De hecho, el estudio asegura que uno de sus atributos es ser una muy buena fuente de fibra dietética soluble e insoluble, permitiendo aumentar el volumen de deposiciones y regular el tránsito intestinal, además de provocar un efecto de arrastre del colesterol en el intestino que permite eliminarlo del cuerpo con mayor facilidad.

“La fibra dietética es uno de los nutrientes más críticos en la población chilena, ya que está muy poco presente dentro de la alimentación diaria y se encuentra principalmente en las legumbres. Sin embargo, la chía tiene la ventaja de que puede consumirse en diferentes formatos e incorporarse de manera muy fácil, tanto en preparaciones dulces como saladas, como panqueques, ensaladas, pastas, smoothies, entre otros”, agregó el doctor Valenzuela.

Finalmente, el especialista destaca que en dos estudios se demostró que el consumo de chía se asocia además a una reducción de peso corporal. “Gracias a su contenido de fibra soluble                  (absorbe más agua) se genera un efecto de mayor saciedad en las personas, una vez que la semilla llega al estómago. Esto contribuye a regular el consumo excesivo de otros alimentos y por ende a regular el peso corporal”.

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