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Siendo una unidad de apoyo sanitario crucial para el principal centro de salud pública de la región, la unidad procesa a diario sobre 2.700 kilos de ropa hospitalaria.
El manejo de los materiales textiles que se utilizan en los distintos sectores de un hospital ocupa un lugar clave en la cadena de cuidados y seguridad del paciente, por cuanto su manipulación y óptimo procesamiento, no solo reflejan una prestación de calidad, sino la prevención de enfermedades infecciosas microbianas que ponen en riesgo la vida al interior del recinto. Así lo expresa Lorena Castro, coordinadora de la Unidad de Lavandería y Ropería del Hospital Regional del Libertador Bernardo O’Higgins (HRLBO) quien agrega, “sabemos la responsabilidad vital que tenemos, somos en ese sentido, un apoyo fundamental para el buen funcionamiento de pabellones y servicios clínicos del hospital. Sentimos un gran compromiso con las personas y es eso lo que nos motiva a entregar nuestro servicio oportuno y de excelencia día a día”.
Con lo anterior, Castro señala que la unidad está catalogada como un lugar de trabajo pesado, concebido por el equipo como un apoyo crítico, dado los volúmenes de ropa hospitalaria que reciben y la celeridad con que trabajan, “recepcionamos ropa de todos los servicios, incluidos SAPU, SAR y SAMU 24/7, todos los días del año, lo que nos impone el desafío de responder con la mayor eficiencia, para garantizar el confort del paciente, la protección de su salud y el funcionamiento del servicio. En promedio, procesamos 2.700 kilos de ropa hospitalaria diaria, lo que aumenta a 3.000 kilos en los días peak, lo que ha sido, además, una constante en los procesos desde los inicios de la pandemia por Covid-19 hasta hoy”.
¿Qué textiles son los que llegan hasta la unidad y cuál es el proceso al que se someten?
Sobre el tipo de textil, la coordinadora de la unidad señala que, “se trata de ropa de cama, paquetes quirúrgicos, es decir, toda la ropa que se utiliza en las cirugías mayores y menores, ropa de procedimientos y toda aquella que se usa en el consultorio adosado de especialidades”.
Respecto al proceso, Castro explica, “recepcionamos la ropa sucia que es traída por el personal de Servicios Generales, encargados de realizar el recorrido y recolección de la misma por los distintos servicios. Luego se registra y clasifica para agruparse en alta y baja suciedad, separando la correspondiente a pabellón y la contaminada. Después se lava a una alta temperatura, que para la ropa contaminada es de 70° Celsius y centrifuga conforme a los protocolos de higiene exigidos, se clasifica para el proceso de secado y posterior doblado en el área de descarga de ropa limpia. Se aparta lo que deba repararse y se preparan los paquetes para su esterilización y distribución entre servicios, pabellón y procedimientos, que se instalan en seguida en carros de reparto”.
El equipo Humano
La unidad de lavandería y ropería del HRLBO se compone por 29 funcionarios. 27 auxiliares, una oficial administrativa y una coordinadora, equipo que trabaja de lunes a domingo durante las 24 horas del día dividido en turnos, de acuerdo a los procedimientos y normativa ministerial vigente, como comenta Lorena Castro. Respecto a los operadores de lavado, la profesional manifiesta, “son conocedores del oficio, norma y equipamiento, mantienen actualizadas sus capacitaciones, tanto internas como de la empresa proveedora de las máquinas”.
Finalmente, la profesional releva, “nuestro trabajo es riguroso a objeto de cumplir con las exigencias y estándares sanitarios, pero por, sobre todo, nuestro trabajo es esencial para aportar a la buena salud intrahospitalaria”.