Doce establecimientos educativos agrícolas de las regiones de O’Higgins (10) y Maule (2) fueron capacitados por INIA Rayentué gracias a la organización de la Red Futuro Técnico de la Macrozona Centro, alcanzando a un total de 300 alumnos y alumnas de enseñanza media, quienes aprendieron sobre optimización del uso de plaguicidas en la fruticultura, con énfasis en la regulación de pulverizadores y dosificación de productos.
En total, promediaron 25 alumnos por taller, instancia encabezada por el profesional de INIA Rayentué Patricio Abarca, quien cuenta con la especialidad en el área de mecanización agrícola. Respecto al desarrollo de estas instancias pedagógicas, Abarca indica que “los alumnos de enseñanza media orientados en áreas agrícolas, son las personas más jóvenes ligadas a estos temas técnicos. Dado lo anterior, son una base muy importante para cambiar y mejorar las eficacias de los tratamientos fitosanitarios que hoy se practican en la agricultura nacional”.
Los talleres, con modalidad teórica y práctica, tuvieron una primera parte desarrollada en la sala de clases, donde los alumnos adoptaron conceptos de aquellos parámetros que intervienen en la calidad de pulverización como, por ejemplo, las condiciones ambientales, el momento correcto del tratamiento de acuerdo al monitoreo de plagas, la calidad del agua para la mezcla, entre otros.
Respecto al trabajo práctico y en terreno, los alumnos pudieron determinar cuál es el correcto volumen de mojamiento para un frutal de acuerdo al tamaño de las plantas y su densidad foliar, concepto conocido como TRV (Tree Row Volume). Junto con ello, aprendieron la dosificación por concentración y por superficie y -lo más central de la actividad- la regulación de los parámetros operativos de la maquinaria, como medir la velocidad de avance, elección y ordenamiento de boquillas, medir el caudal individual de boquillas y comprobar el cubrimiento con papeles hidrosensibles.
La Red Futuro Técnico, representada en esta ocasión por Tania Sáez, consiste en un plan para mejorar la calidad de la formación que entregan los liceos técnico-profesionales (TP), a través de la creación de redes de articulación territorial en todo Chile.