Objetivos esenciales
La OMS, en su calidad de coordinador de asignación para el Mecanismo COVAX, propone que proteger a las personas y a los sistemas de salud y reducir al mínimo las repercusiones sobre las economías deben ser los factores decisivos para definir la distribución de productos sanitarios relacionados con la COVID-19 en los distintos países.
El Acelerador ACT se creó para contener la pandemia de COVID-19 de manera más rápida y eficiente, al asegurar que las pruebas diagnósticas, las vacunas y los insumos para tratamiento útiles se repartan equitativamente entre todos los países.
La clave para lograr ese objetivo es diseñar y aplicar un marco para la asignación justa.
La distribución equitativa es especialmente importante en el ámbito de las vacunas debido a que, si estas se utilizan de manera correcta y equitativa, pueden contribuir a detener la fase aguda de la pandemia y abrir la posibilidad de que reconstruyamos nuestras sociedades y economías.
El Marco de valores para la asignación de vacunas y el establecimiento de prioridades en la vacunación – en inglés, contra la COVID-19 ofrece orientación de alto nivel de alcance mundial, sobre los valores y las consideraciones de carácter ético concernientes a la distribución de las vacunas contra la COVID-19 entre los países, así como orientación de ámbito nacional sobre la priorización de grupos demográficos de cara a la vacunación en los países mientras las existencias sean limitadas.
Grupos demográficos a los que se dará prioridad
Mientras los recursos sigan siendo escasos, los programas de vacunación tendrán que dar prioridad a ciertos grupos demográficos en detrimento de otros antes de ampliar progresivamente la distribución para abarcar a toda la población. En cuanto se disponga de una vacuna contra la COVID-19, con el fin de reducir la incidencia de los tipos graves de la enfermedad, las defunciones y proteger los sistemas de salud, es fundamental que en primer lugar se le aplique la vacuna a los grupos demográficos prioritarios.
La definición de los grupos demográficos prioritarios debe basarse en un análisis más exhaustivo de los datos científicos, incluidas las diferencias entre los diversos entornos geográficos y sociales.
Hasta el momento, esos grupos demográficos prioritarios, según determinó el Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización, son:
● Trabajadores de primera línea en el ámbito sanitario y de la asistencia social
● Personas mayores de 65 años
● Personas menores de 65 años que presentan enfermedades preexistentes debido a las cuales tienen un mayor riesgo de fallecer
Fase 1
Los países que participan en el Mecanismo COVAX recibirán vacunas suficientes para inmunizar a los grupos demográficos prioritarios de su población. En la primera fase de distribución, las dosis de vacuna se pondrán a disposición de los países participantes de manera simultánea hasta lograr una cobertura de aproximadamente el 20 % de la población de todos los países. En la mayoría de los países, el primer grupo al que se le dará prioridad será a los trabajadores de primera línea en el ámbito sanitario y de la asistencia social.
Al optar por dar la prioridad inicial al personal sanitario (en la mayoría de los países ese grupo demográfico representa el 3 % o menos de la población), la OMS desea garantizar que las vacunas disponibles se utilicen para satisfacer las necesidades de los sistemas de salud bien dotados, sin penalizar a los países que tienen un porcentaje menor de personal sanitario y asistentes sociales. Posteriormente, se vacunará a nuevos grupos demográficos a medida que se disponga de más existencias, hasta que se haya inmunizado al 20 % de la población de todos los países que participan en el Mecanismo. En el caso de 92 países de ingresos bajos y medianos, para vacunar al 20 % de la población será necesario recaudar fondos para el compromiso anticipado de mercado del COVAX, el sistema de financiación que se utilizará para sufragar su participación en el Mecanismo COVAX.
Fase 2
Una vez que se hayan distribuido las dosis suficientes para inmunizar al 20 % de la población, se enviarán más vacunas a los países en función de la financiación disponible. En esta segunda fase, en el caso de que siga habiendo limitaciones considerables de existencias, el ritmo al que los países recibirán las nuevas dosis de vacuna se determinará mediante una evaluación del riesgo que tienen en un momento dado. Los análisis se realizarán sobre la base de una evaluación de la amenaza (esto es, el posible impacto de la COVID-19 en un país, evaluado con datos epidemiológicos) y la vulnerabilidad (es decir, la vulnerabilidad de un país, valorada mediante su sistema de salud y factores demográficos).
Mediante esos criterios, el análisis permitirá determinar cuáles son los países de mayor riesgo a los que deberán enviarse vacunas a un ritmo más rápido que los que se consideran de menor riesgo. Se prestará especial atención a los países que se vean enfrentados repentinamente a grandes brotes epidémicos o catástrofes nacionales a lo largo del proceso de asignación.
Reserva de vacunas con fines humanitarios
Además de las vacunas que se distribuyan en las fases uno y dos, se propone apartar algunas dosis y conservarlas en calidad de «reserva con fines humanitarios». Una pequeña reserva de un máximo del 5 % del número total de dosis disponibles se apartará en calidad de mecanismo de respaldo con el fin de que sirva como último recurso en el caso de que las estrategias puestas en práctica por algún gobierno no bastaran para satisfacer las necesidades de determinados grupos demográficos. Por ejemplo, en caso de que fuera necesario, la reserva de vacunas con fines humanitarios podría destinarse a los grupos demográficos que habitan en zonas que no están bajo control gubernamental y el personal que trabaja en esos entornos.
Se alienta a los gobiernos y a los Estados a que, de conformidad con las recomendaciones formuladas por el SAGE de la OMS, tomen en cuenta a todas las personas y grupos demográficos de alto riesgo independientemente de su condición jurídica y de residencia, incluidas las poblaciones de desplazados internos, los refugiados, los migrantes y los detenidos.
Distribución y utilización transparentes
Aunque la Secretaría de la OMS reconoce el derecho de cada país a decidir la manera en la que la vacuna se aplicará en su territorio, alienta a los países a que examinen las recomendaciones relativas a los grupos demográficos destinatarios que publicó el comité SAGE de la OMS, y a que sean transparentes en cuanto a sus procesos de adopción de decisiones y el uso final que se hace de las vacunas.
SAGE
El Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico (SAGE) es el principal grupo asesor de la OMS en el ámbito de las vacunas y la inmunización. A lo largo del proceso de desarrollo, fabricación y distribución de vacunas experimentales contra la COVID-19, el SAGE ha proporcionado asesoramiento y recomendaciones especializados e independientes– en inglés, sobre la mejor manera de distribuir de manera segura y equitativa las vacunas que se autoricen.
El mundo se ha unido para luchar contra la COVID-19. Debemos seguir trabajando de consuno hasta que todas las personas estén protegidas y seguras.
Este artículo llega a Ud./Uds. gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional