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Debido al aumento de intentos de autolisis que ha registrado el establecimiento en los últimos meses, se solicitó el apoyo de la profesional durante la campaña de invierno para atender mejor a los usuarios.
Tradicionalmente, durante la campaña de invierno los establecimientos hospitalarios incorporan profesionales que apoyan el trabajo en los Servicios de Urgencia, principalmente kinesiólogos, tens o enfermeras, pero este año, el Hospital de Santa Cruz solicitó se incluyera una psicóloga, con el fin de atender el aumento que se ha registrado en la comuna por intentos de autolisis (suicidios), y se contrató a María Ignacia Contreras.
Al respecto, la jefa de urgencia del Hospital de Santa Cruz, doctora Loretto Riveros, indicó que “lamentablemente hemos tenido un alza considerable de intentos de autolisis, por lo que la incorporación de la sicóloga nos permitirá pesquisar de manera oportuna estos pacientes, ya que quienes tienen idea suicida o realizan intentos de suicidio son muy difíciles de determinar, son pacientes que no tienen lesiones evidentes como un paciente con un infarto, un accidente vascular o una herida sangrante que uno sabe que tienen riesgo vital, estos pacientes tienen riesgo vital pero son ellos mismos los agentes de generar ese riesgo vital, entonces muchas veces para el personal médico no es tan categórico encontrar eso y por ello se necesita muchas veces apoyo de psicólogo o de alguien experto en el tema que nos brinde una visión distinta de los casos”.
En ese sentido, la enfermera supervisora de Urgencias del Hospital, Victoria Barraza manifestó que “decidimos tener un profesional de psicología en la campaña de invierno, porque durante los meses de enero, febrero y marzo nuestro promedio de lesiones autoinfligidas o intentos de suicidio que ingresaban a la urgencia era de 15 pacientes promedio, en abril tuvimos un alza a 31 pacientes, de los cuales 25 eran menores de 15 años y tuvimos el caso del joven que se disparó en el colegio, después de eso aumentaron bruscamente las consultas y los ingresos de pacientes con intento de suicidio a la urgencia y a pediatría”.
La doctora Riveros agregó que muchos alumnos del Liceo en que se produjo el hecho “todavía están viniendo a consultar, entonces necesitábamos responder a esa población que viene con una enfermedad aguda y si bien no somos un hospital psiquiátrico y tenemos limitaciones, no podemos dejarlos desamparados, debemos dar respuesta porque es una urgencia igual, con el mismo riesgo vital de otras patologías”.
Por su parte, la psicóloga María Ignacia Contreras destacó que su rol principal es que “cada vez que algún usuario acuda al servicio de urgencia por una patología de salud mental ya sea diagnosticada o no, yo puedo hacer la intervención que, dependiendo del motivo de consulta, se hace intervención de crisis, contención familiar, psicoeducación y se entregan las sugerencias al médico tratante. Además, esto contribuye a descongestionar un poco el servicio de hospitalizados, ya que, con algunas indicaciones estrictas de cuidado a adultos responsables, pueden ser vistos en forma ambulatoria y no necesariamente acudir a la hospitalización, además de apoyar a APS y al Cosam, que tienen una alta demanda, informándoles a ellos y a los psicólogos de los colegios cuando sus pacientes acudan al servicio de urgencia, manteniéndonos comunicados por el bienestar de los usuarios”.
Finalmente, la doctora Riveros explicó que este tipo de atención “no es algo nuevo, porque en el Hospital Regional ya hay turnos de urgencia que involucran psicólogos en sus equipos y se encargan de pesquisar tanto esta como otros tipos de problemáticas que hay y ahora contamos con apoyo no sólo en la detección, sino que también en el manejo inicial”.