A pesar de que el vino sea la bebida alcohólica chilena por excelencia, el producto de exportación por el cual el país es reconocido internacionalmente de mayor manera, el mercado nacional de la cerveza artesanal se encuentra en franco crecimiento, y la escena de la cerveza artesanal en O’Higgins parece no detener su continua alza.
Esta tendencia, que tuvo su primer momento de impulso en Santiago, antes de avanzar a las regiones, ha llegado a O’Higgins para no detenerse. La región ya cuenta con pubs y bares de cerveza artesanal como Pulpo Bar Restaurant y Katarkura, donde es posible probar las preparaciones locales, así como nuevos e interesantes sabores. Más importante aun es destacar el posicionamiento en el mercado de un importante número de cervecerías establecidas en nuestras costas, entre las que pueden contarse nombres como Pichilemu, Pukalan y Kom, todas ellas elaborando recetas completamente artesanales, y con cartas que van desde los sabores más tradicionales a las recetas más novedosas, abarcando los más diversos tipos de cerveza artesanal que incluyen por igual lagers, brown ale, IPA y muchas otras variedades.
El consumo de la cerveza artesanal en el país se ha incrementado a tal punto que se calcula que ya supera a las cervezas categorizadas como ‘tradicionales’, y encontrándose un mercado en que los consumidores eligen tanto los productos nacionales como los importados. Este boom reciente responde a la tendencia mundial, donde mercados como el estadounidense han experimentado crecimientos hasta del 500% en años recientes, y ha permitido posicionar la cerveza artesanal chilena como un producto de exportación. Para el consumidor local, las cervezas artesanales ofrecen sabores y texturas más ricas, variadas y auténticas, la posibilidad de probar nuevas experiencias, y al mismo tiempo la opción de apoyar la producción local.