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Contar cuentos y relatar historias es una práctica que despierta en los pequeños el interés y la motivación por la lectura.
Contar cuentos y relatar historias es una práctica que despierta en los pequeños el interés y la motivación por la lectura.
• Entre los beneficios de la lectura desde edades tempranas destacan: la promoción del desarrollo y el enriquecimiento del lenguaje, la imaginación y la atención.
En Chile hay un problema serio con la lectura, tanto en relación a la frecuencia como a la comprensión de los textos, y que ha llevado a que los índices de lectura sean más bajos que el promedio mundial.
En este contexto y entendiendo que la capacidad de leer y comprender lo que se lee son herramientas fundamentales para aprender e ir avanzando en las diferentes etapas de la vida, inculcarles a los hijos el gusto por leer se ha vuelto un gran desafío para los padres. En los tiempos que vivimos de ritmos acelerados y con una fuerte predominancia de lo digital, cada vez se destina más tiempo a televisión, computador y dispositivos móviles y menos tiempo a la lectura.
“Para acercar a los niños a la lectura es fundamental que tengan modelos lectores. El gusto por esto es algo que se fortalece en base a la imitación y trae diversos beneficios, como el desarrollo del lenguaje, la concentración y la imaginación”, explica María Luisa Orellana, directora del Programa Educativo de Jardines Infantiles Vitamina.
A continuación, la experta entrega una serie de recomendaciones para que los padres fomenten la lectura en los niños:
• Formar el hábito de lectura diaria: Se sugiere que desde temprana edad los padres les lean a los niños todos los días entre 5 y 10 minutos, apoyando el relato con gestos con las manos y expresiones faciales para atraer su atención. Para niños pequeños, se recomienda comenzar leyendo progresivamente: un día leer una o dos páginas, al siguiente leer el mismo cuento desde el comienzo e integrar una o dos más, y así sucesivamente. Leer el mismo cuento permite que el niño vaya reconociendo personajes, entendiendo mejor la historia y se logre anticipar a lo que viene, lo que le da confianza y fomenta su interés.
• Escoger un lugar y un horario adecuado: Si bien la lectura se puede desarrollar en cualquier parte, se recomienda crear un ambiente adecuado para esto, tranquilo y sin distracciones. Para instalar “rutinas de lectura” se recomienda hacerlo antes de dormir, lo que favorece la atención e induce el sueño.
• Darles la oportunidad de elegir: Es importante dar a los niños la oportunidad de que elijan diariamente qué libro quieren leer, así reconocen y manifiestan sus intereses y se comprometen con el relato. Es frecuente que los niños pidan que les lean su historia favorita una y otra vez, y es importante acogerlo y luego invitarlos a que ellos cuenten la historia.
• Aprovechar estas oportunidades para enseñarles cómo se lee: Es un aporte a su aprendizaje lector temprano el compartir con los niños cuáles son las partes del libro: portada, autor e ilustraciones, y explicarles la forma en la cual se lee: de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.
• Libros para cada etapa: No todos los cuentos son apropiados para todas las edades, por esto es bueno contar con ciertos criterios de selección. En una primera etapa se recomiendan libros centrados en imágenes y que sean de tela o cartón, con distintas texturas y colores. Luego se propone seguir con historias cortas y simples relacionadas con sus experiencias cotidianas para, posteriormente, continuar con historias bien desarrolladas que tengan temáticas que sean del interés de los niños.
• Comentar los libros: Al terminar la lectura, es bueno hacer preguntas simples, como: ¿Qué es lo que más te gustó de la historia? ¿Qué paso al final? ¿Cuántos animales había en la historia? Cuando son mayores esto se puede enriquecer con preguntas como: ¿Qué opinas del cuento?, ¿Por qué piensas que pasó?, ¿Cómo lo abrías resuelto? Etc.
• Generar espacios de lectura: Es recomendable que los niños tengan acceso permanente a diferentes tipos de textos, en especial a cuentos, es por eso que se sugiere crear un “rincón de lectura” en la casa, como también visitar bibliotecas y organizar momentos de lectura familiar.
¿Qué leer según la edad?
• Desde los primeros meses de vida: “La pequeña oruga glotona”, de Eric Carle; “¿Están dormidos?”, de Constance von Kitzing; “Buenas noches gorila”, de Peggy Rathmann; “Los tres chanchitos”, de autor anónimo y “Una cena elegante”, de Keiko Kasza.
• Desde los 3 años: “Clic, clac, muu Vacas escritoras”, de Doreen Cronin; “Blancanieves y los siete enanitos”, de autor anónimo; “Pato está sucio”, de Satoshi Kitamura y “Willy el tímido” de Anthony Browne.
• Desde los 4 años: “Adivina cuánto te quiero”, de Sam McBratney; “Feliz Cumpleaños Vivi”, de Jung-Hee Spetter; “Las diez gallinas”, de Silvia Dupuis y “Choco encuentra una mamá”, de Keiko Kasza.