Las empresas están siendo cada vez más exigentes a la hora de contratar a estos especialistas, que ya no están siendo valorados únicamente por sus competencias técnicas, sino por contar con aptitudes que les permitan enfrentar otros desafíos propios del ámbito laboral como el trabajo en equipo o el manejo de conflictos.
Los profesionales TI ya no están siendo valorados únicamente por sus competencias técnicas o conocimientos especializados en determinadas áreas. Muchas empresas están siendo cada vez más exigentes a la hora de contratarlos, demandando perfiles preparados no sólo para el desarrollo efectivo de tareas, sino para enfrentar otros desafíos propios del ámbito laboral como el trabajo en equipo o el manejo de conflictos.
“No cabe duda de que en la actualidad las habilidades blandas se están convirtiendo en un filtro a la hora de seleccionar personal TI”, asegura Gilmar Franchini, Gerente Unidad de Capacitación de Kibernum.
Estas habilidades se relacionan principalmente con la comunicación, liderazgo, manejo de conflictos, trabajo en equipo y empatía. Y para Jorge Villalón, PhD y profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), estas dos últimas son claves pues “las TI son por lejos, el área que más exige una conexión con las personas, desde los usuarios en la misma empresa hasta los clientes. Por ende, un profesional TI debe entender profundamente las necesidades de las personas en el día a día”.
Paola Ávila, sicóloga de la Universidad de Chile y especialista en selección de personal, concuerda con Villalón al señalar que habilidades como la empatía son las que permiten a los profesionales del área “relacionarse positivamente con otros y comprender de mejor manera las necesidades de los clientes”.
Cómo potenciarlas
Si bien los expertos coinciden en que gran parte de los profesionales TI carecen de habilidades blandas, porque en su formación hay un claro énfasis en el desarrollo de competencias técnicas, estas aptitudes “se pueden potenciar a través de actividades de capacitación que las aborden por medio de metodologías adecuadas y en una modalidad que permita el aprendizaje efectivo”, dice Franchini.
A juicio de Ávila, estas competencias también se pueden impulsar a través de instancias de esparcimiento y socialización, dentro o fuera de la oficina, “donde exista la posibilidad de que los profesionales se conozcan con el cliente interno y la relación pase de ser meramente la necesidad de solución de un problema, al surgimiento de un interés mutuo por establecer una relación de carácter más social”.
Para Villalón, en tanto, las habilidades blandas pueden estimularse mediante talleres que se realicen al interior de la empresa, cursando un Diplomado o Máster en Dirección de Personal o coaching, o practicándolas en la misma organización.
“Esto debiera ser lo más sencillo, puesto que todo trabajo de un profesional TI está relacionado con algún usuario o cliente. El primer paso es averiguar quién es el usuario/cliente, solicitar una reunión y simplemente preguntar: ¿cómo puedo ayudarte usando tecnología para que tu trabajo sea mejor?”, concluye el académico de la UAI.