Parroquia de Marchigüe

Marchigüe es un pueblo y comuna de la Provincia de Cardenal Caro en la Sexta Región en Chile. Desde sus orígenes ha estado muy ligada a la Iglesia Católica y se supone que fue parte de la encomienda en Colchagua de doña Inés de Suárez, compañera sentimental del conquistador de Chile, Pedro de Valdivia.
Las encomiendas eran mercedes de tierras que se otorgaban a quienes fuesen fieles vasallos de la corona y tenían por función principal la evangelización de los nativos que en ella moraban. En Marchigüe que por siempre ha sido muy despoblado, las encomiendas no eran sino haciendas dedicadas a la cría de ganado y explotación de leñas hasta que durante la última mitad del siglo XIX, se desarrollara los cultivos de trigo para la exportación al Perú.
Hacia mediados del siglo XVII, la actual comuna y las comarcas aledañas pertenecían casi por completo a la Iglesia Católica, específicamente a los Curatos de Reto, a la Orden de los Agustinos y a la Compañía de Jesús. Ya sea por la desamortización eclesiástica, por la expulsión de los Jesuitas o por simple negocio, las haciendas y después fundos fueron pasando a manos de particulares.
Cardenal José María Caro RodríguezSin embargo, la costumbre de habilitar capillas y oratorios en estos fundos, o capellanías cuando se distanciaban mucho de los lugares poblados, fue una tradición que perduró durante siglos como tácito legado de las mencionadas encomiendas. Estas incluso normaban el tipo de capilla, los sacramentos que se debían otorgar y los servicios que los curas debían prestar, en especial aquellos relacionados con los hitos vitales de los feligreses como el bautizo, el matrimonio y la extrema unción, que quedaban registrados en archivos que aun permanecen en muchas parroquias, las más de las veces carcomidos por el tiempo.
Lo notable de Marchigüe y en general las comarcas costinas, es que no sólo se mantuvieron las capillas en sus fundos, sino que además, el proceso de evangelización se siguió desarrollando a través de misiones anuales que en cada Cardenal José María Caro Rodríguez predio desarrollaban las diversas congregaciones misioneras. Esta hermosa tradición terminó hacia mediados de los 60s, con el advenimiento de la reforma agraria y la drástica reducción de las vocaciones sacerdotales.
Una famosa capilla que ejerció de curato fue la antiquísima capilla de Reto, que se menciona desde el siglo XV y donde cuenta la historia que el padre de la patria, Manuel Rodríguez, se casó clandestinamente en 1815 con Francisca de Paula Segura y Ruiz. Hoy no existe más pues se derrumbó tras el terremoto de 1835 y fue trasladada en parte a Pumanque y en parte al Sauce (Alcones). Reto no es ahora sino un caserío menor que pertenece a la comuna de Marchigüe y dista a unos 16 kilómetros al sur del actual pueblo.
Lo paradójico de Marchigüe es la desusada cantidad de capillas respecto del número de habitantes que en la comuna no sobrepasa las 6 mil almas, las que hoy atiende con esmero y devoción el padre Danilo González y antes el padre Fernando Miqueles junto a su párroco auxiliar, el padre Iván Guajardo. La razón debe buscarse en las distancias al interior de la comuna que fuera de ser muy grandes, a veces los caminos se tornaban intransitables en invierno. La situación era peor hace unos 60 años cuando muchas de estas capillas fueron consagradas por los más grandes venerables colchagüinos: el Cardenal José María Caro, nacido en Quebrada del Nuevo Reino en Pichilemu y Monseñor Bernardino Berríos Gaínza, arzobispo nacido en Navidad y ambos en proceso de beatificación.
Hasta la parroquia
La parroquia fue oficialmente fundada en 1897 y construido un oratorio en una casa donada por doña María Errázuriz, propietaria de la Hacienda La Patagua. En 1902 se consagró el primer oratorio a cargo del presbítero José Miguel Camilo que coordinó en el mismo lugar, la posterior construcción de la parroquia, que fue bendita en 1906 por monseñor Mariano Casanova, Arzobispo de Santiago, cuando la línea férrea sólo llegaba hasta Palmilla. La vieja construcción de adobes sufrió una severa destrucción con motivo del terremoto de 1985 y fue reconstruida con el apoyo principal de la familia Menéndez de Alcones. En 1988, la nueva iglesia fue consagrada por el actual Protodiácono Pontificio, Cardenal Jorge Medina Estévez, entonces obispo de Rancagua.
La actual parroquia es obra del arquitecto Raúl Irarrázaval y fue construida con el apoyo de la empresa constructora de don Matías Izquierdo. La consagración de la nueva parroquia estuvo cargada de tradición y simbolismos campesinos por parte de quien posteriormente fue encargado del famoso "Habemus Papa" tras el cónclave que eligió a Joseph Ratzinger como S.S. Benedicto XVI. Ambas exultaciones cristianas deben haber quedado grabadas en su alma de pastor.
El ferrocarril a la costa fue la mayor razón del paso obligado por Marchigüe de los más grandes sacerdotes que tiene la Iglesia Católica de Chile en camino a la beatificación, lo que ayudó a que consagraron tantas capillas de un lugar tan lejano. El tren llegaba hasta Marchigüe que durante mucho tiempo fue la última estación provista de algún tipo de hotel Monseñor Bernardino Berríos Gaínza OFMen su paulatino trazado hasta Pichilemu, actual capital provincial. Es de imaginar que los habitantes de los caseríos y fundos los esperaban devotamente para ofrecer a Dios esos lugares de oración.
El cura párroco que mayor tiempo ejerció funciones en Marchigüe, fue el Presbitero Julio Palma Zuñiga. Su sede estaba entonces en la actual Vice Parroquia de la Merced en Alcones y profesó una verdadera devoción no solo a Dios, a la Virgen de La Merced, sino a los miles de niños que bautizó, después casó y también muchas veces enterró. Llegaba sin previo aviso a "la suerte de la olla" a cualquier casa donde era recibido con alegría y sencillez por los campesinos que a todos conocía por su nombre. Su apostolado lo ejerció a pie, a caballo, en mula, en tren, en bicicleta y por último en una camioneta chevrolet que repletaba de escolares rumbo a sus escuelas.
Sin embargo, el inmenso sacrificio de su vida le cobró factura y falleció en Santiago tras una larga enfermedad en Noviembre de 1974. Quienes le visitaban, recuerdan como en el hospital se las ingeniaba diariamente para construir un pequeño altar en su cama de enfermo y oficiaba una misa imaginando que estaba en su querida "Merceditas", allá muy lejos en las tierras de Marchigüe…

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