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Señor Director:
Una muy positiva noticia se entregó hace un par de días. El consumo de tabaco cayó de 58% a un 49% en jóvenes entre 15 a 29 años según la Encuesta Nacional de la Juventud, lo cual abre una esperanza y entrega la confianza de que las futuras generaciones pueden convertirse en una ciudadanía más sana y respetuosa de la salud ajena.
Cuando se generó la primera campaña publicitaria en aparecía la imagen de Don Miguel, chileno que fumó por 20 años y perdió su laringe a causa del cáncer, muchos detractores señalaron que tal estrategia no servía de nada por que los fumadores simplemente la ignorarían y seguirían con su hábito y efectivamente así fue por que el consumo entre los adultos sigue alto.
No obstante el objetivo de prevención ha resultado muy bien, los adolescentes lo piensan dos veces antes de comprar una cajetilla con este tipo de imágenes y mensajes con las consecuencias de fumar. Además hay que darle crédito a las nuevas restricciones en los espacios permitidos para fumadores, aunque a muchos les moleste estar limitados en su “libertad”.
A pesar de las buenas noticias la tarea todavía es larga, falta que los mayores comprendan el daño que produce su adicción al tabaco, cómo perjudican a los fumadores pasivos y cuánto es el dinero que queman. Cuando ellos comiencen a cambiar las generaciones más jóvenes seguirán su ejemplo y las cifras de no fumadores aumentarán.
Julia Ortiz
Subdirectora de la Escuela de Salud de AIEP