Este autor escribe con una depuradísima técnica: vivencias, ensoñaciones y recuerdos. Algunos de sus versos resultan memorables porque ha sabido aunar en ellos brillantez estilística y talento poético. El ritmo justo y preciso, la palabra siempre adecuada, la puntuación correcta no pueden si no dejar admirado al lector. En la obra de Pablo Cassi se aprecian las cualidades técnicas de su poesía las que seducen porque están provistas de pasión y hacen vibrar el alma, produciendo una satisfacción espiritual más allá de lo estético.
El gesto hospitalario del autor de querer compartir sus propias vivencias refleja la esencia íntima de sus anteriores vidas, las que de pronto se encuentran con su propio destino en un día y en un lugar jamás imaginado. Este momento conlleva el misterio con que la vida nos suele sorprender. Entonces el poeta conmueve con su intimidad, la que en un acto de sacralización convoca a la intimidad. En el poema “Llevamos siglos esperándonos” escuchamos su voz interior “Me asomo a la tarde/ y me pueblo de tus lejanías/ mientras la lluvia teje la distancia. / Esta memoria mía a punto de romperse/ escribe tu nombre en cada marejada/ y silencia el murmullo de un fantasma. / Entonces entrégate a estas horas / donde el amor lleva siglos esperándonos,/ enfurece la emoción que habita en tu alma como si estuvieras a punto de perder/ la cordura. <Vuelvo nuevamente, al frondoso camino de la higuera / atraídos por una voz que rompe/ el silencio>”.
Este aspecto que se acentúa en la temática de Pablo Cassi, un autor que conoce el manejo del lenguaje con sus luces y sombras, transcurre a menudo en la cotidianeidad de su distante existencia. Esta simultaneidad que envuelve el universo de su poesía es la permanente presencia de la soledad y también del desamor. En esta búsqueda el poeta, se encuentra implícito o explícito en la búsqueda constante de una razón superior a todos los deseos para continuar ardiendo como el fuego inextinguible de los antiguos dioses. En otro de sus poemas “Te invito a comprendernos” el poeta vuelve a insistir a su modo que nada en esta existencia terrenal es una mera casualidad todo es causa y efecto nada sucede por simple hallazgo del azar lo queda demostrado en los siguiente versos “No siempre fue motivo para ti / el deseo de encontrarnos. / Lo cierto que no sabrás explicar tu distancia / ¿a quién perteneces cuando sueñas?/ ¿cómo salvarme de ese mundo/ con la triste costumbre de la mala memoria?.”
Cuando la lectura toca nuestra sensibilidad con tal fuerza sin duda que ésta deja una huella perenne en el género humano por las palabras con las cuales no reconocemos.