El escenario de Santiago 2014 es totalmente distinto, a pesar que la sede tambaleó luego del terremoto del 2010. Una vez que el Presidente Sebastián Piñera, recién asumido en su cargo, ratificó la realización del torneo, el Comité Organizador Local (COL) se volcó a la tarea de no dejar ninguna arista sin cubrir. Publicidad, infraestructura, voluntarios, calendario de competencia conveniente para nuestros deportistas.
Se está construyendo al fin un velódromo techado de calidad internacional en Peñalolén; un parque acuático en los terrenos del Estadio Nacional; canchas nuevas de arquería, BMX y patinaje. Todo construido con estándares de tamaño panamericano, pensando en que estos mismos recintos puedan albergar citas de mayor envergadura. Pero cualquiera sea el escenario, el legado en recintos deportivos será enorme, tal como sucede en estos tiempos con las ciudades que se atreven a pedir las sedes de citas importantes, de más de seis mil deportistas.
Ya hay 2.000 voluntarios inscritos, de un total de 3.500 que se requieren para las dos semanas de competencia. AIEP ya firmó un convenio con el COL para allanar la inscripción de nuestros estudiantes, de todas las escuelas, y ser parte de una experiencia sin precedentes en Chile. Y poco a poco la ciudad de Santiago y también la de Viña comienzan a llenarse de carteles alusivos a la cita, donde se lee “estamos todos clasificados”.
Porque el éxito de un mega evento deportivo está definido principalmente por dos cosas, entre varias otras: la calidad de sus voluntarios y el compromiso de su población. Si estos dos puntos están cubiertos, si los voluntarios se comprometen a poner en práctica la amabilidad y a asistir a las capacitaciones; y si el público responde repletando los recintos, entonces las posibilidades de éxito se doblan. Y ese será el momento de empezar a soñar con peldaños más altos, como lo son los Panamericanos del 2019.
Soledad Bacarreza
Directora Escuela de Deporte AIEP