Cuando ya han transcurrido 12 meses desde el terremoto del 27 de febrero, diversas historias de esfuerzo y reconstrucción comienzan a conocerse. Una de ellas es la de Jessica Bravo Molina, una esforzada comerciante de la comuna de Pichilemu, que se vio duramente afectada por los efectos del tsunami.
Su antiguo lugar de trabajo prácticamente desapareció por completo, según nos cuenta las pérdidas ocasionadas por la fuerza del mar fueron totales, sin que pudiera recuperar nada, terminando abruptamente con siete años de trabajo.
Jessica Bravo señala que una vez dimensionada la catástrofe sólo le quedaron las ganas de volver a trabajar y prepararse para la próxima temporada de verano, por ello señala buscó alternativas para financiar las obras de su nuevo kiosco.
A través de la Garantía Corfo Reconstrucción obtuvo un crédito de 3 millones que permitió a la señora Jessica reconstruir su negocio en mejores condiciones, contando actualmente con un atractivo kiosco en la costanera de Pichilemu, el cual espera proyectar durante las próximas temporadas, implementando la cocina y ofreciendo comida al paso, gracias también al apoyo que recibirá a través del Programa de Emprendimiento Local de Turismo, financiado por Corfo, que se implementa en el principal balneario de la Región de O’Higgins.
