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Magnetoterapia: Un despilfarro de mil millones de dólares

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Magnetoterapia: Un despilfarro de mil
millones de dólares

Escrito por Por Don Manuel Hermán – Kanijo – en Biología,
Medicina, Pensamiento Crítico

En: CIENCIA KANIJA 

http://www.cienciakanija.com/

 

Casi mil millones de dólares se gastan cada año en
“magnetoterapia”, que según se afirma elimina muchos síntomas y enfermedades.
Los principios científicos básicos indican que todo este dinero es como tirarlo
a la basura.
 
Aproximadamente hace un año Leonard Finegold de la
Universidad de Drexel y yo decidimos entrar en el controvertido campo (juego de
palabras no planeado) de la “magnetoterapia”.

Como profesor de física, Finegold
sabe un poco de imanes y campos magnéticos.

Como médico y antiguo presidente de
investigaciones, sé un poco sobre terapia e investigación médica.

Tal vez un
físico y un médico puedan arrojar algo de luz sobre este interesante tema.

Sabíamos que los imanes eran vendidos como tratamiento para muchas enfermedades
médicas y sabíamos que eran muy populares.

Pero nos sorprendimos bastante al
saber lo populares que son. En los Estados Unidos, sus ventas anuales se
estiman en unos 300 millones de dólares (Brody 2000), y globalmente en más de
mil millones de dólares (Weintraub 1999).

 
 

Puedes hacerte una idea aproximada de la magnitud de la
industria de la curación por imanes haciendo una búsqueda por Google con el
patrón magnetoterapia. Una búsqueda en enero de 2006 arrojó 459 000 páginas
web, muchas de las cuales afirmaban que los imanes tiene un poder curativo casi
milagroso. ¿Lo tienen? El Profesor Finegold y yo revisamos la literatura sobre
la magnetoterapia y encontramos muy pocas pruebas que la apoyen. Una versión
abreviada de nuestra revisión se publicó recientemente en British Medical Journal
(Finegold y Flamm 2006). Lo siguiente son algunos comentarios sobre la
industria de la curación magnética, una breve sinopsis de nuestro artículo del
BMJ, y una visión de la magnetoterapia desde un punto de vista teórico.
 
La magnetoterapia es un
gran negocio

Si intentas el experimento de la búsqueda de Internet
descrito más arriba notarás que además de casi medio millón de páginas que
tratan de la magnetoterapia, Google proporciona automáticamente una lista de
“enlaces patrocinados”. La pantalla de tu ordenador se llenará con nombres de
compañías que han pagado por ayudarte a encontrar su sitio. ¿Qué ofrecen estos
sitios?

Si pulsas sobre

www.magnetsandhealth.com,

aprenderás que “los imanes
ayudan a eliminar las toxinas de nuestro cuerpo” y que “nuestros productos
magnéticos tienen tanto belleza como beneficios para la salud, incrementan el
flujo sanguíneo y el nivel de oxígeno en el cuerpo”. ¿De verdad? También
apuntan que sus imanes son pequeños y portátiles, lo que “te permite curar las
enfermedades tuyas y de tu familia sin interrupciones en tu vida y rutina.
Tendrás todos los beneficios sin tener que ir a caras sesiones de un
magnetoterapeuta o tener que tomar caros cursos sobre medicinas que pueden
tener efectos secundarios dañinos”.

El mensaje está bastante claro: ¿Por qué
molestarse con doctores y medicinas cuando los imanes son seguros y efectivos?
 

Otro de los enlaces patrocinados es

www.magnetictherapymagnets.com.

Este sitio es interesante debido a que, además
de vender docenas de dispositivos magnéticos curativos para humanos, no se
olvidan de Fido. Por sólo 11,95 dólares más gastos de envío te enviarán un
sorprendente collar para tu mascota que “mantendrá a tu perro o gato con una
salud y vitalidad excelentes con una magnetoterapia constante”. Mi esposa y yo
nos estamos dando golpes aún por haber gastado miles de dólares en cuidados
veterinarios durante los pasados años. ¡Si sólo teníamos que haber comprado el
collar!
 

Esto no significa que esté criticando a estas dos compañías
o que esto implique que sus afirmaciones son más escandalosas que otras. De
hecho, hay cientos de compañías que venden dispositivos similares y hacen
afirmaciones parecidas.
 
Entre las compañías que venden magnetoterapia me sorprendió
encontrar a Sharper Image, una organización aparentemente reputada. Ofrecen un
dispositivo llamado “Masajeador Personal de Cabeza Dual con Magnetoterapia”.
Tiene una forma similar a la de un falo, lo bastante pequeño para llevarlo en
un bolso, y afirman que es un “masajeador personal discreto con dos cabezas
vibratorias independientes”. Ciertamente parece ser bastante tentador, pero
insisten en que hace más que tu vibrador normal. “Un pequeño puntero aumenta su
masaje con magnetoterapia para un tratamiento focalizado”. Hmm . . .
magnetoterapia para tratamiento focalizado.
 
Algunas compañías afirman que sus imanes realmente
previenen, revierten y curan el cáncer. Por ejemplo, en el sitio web de unos
proveedores de imanes que curan el cáncer te lo venden por sólo 2595 dólares,
el “Dr. Philpott diseñó y aprobó la Súper Rejilla para Camas de Energía Polar”.
De acuerdo con el sitio, “Este es el imán estático permanente más fuerte y de
penetración más profunda además del dispositivo de terapia biomagnética
disponible en cualquier parte del que tenemos conocimiento. Es usado en muchos
de los protocolos de investigación magnética del Dr. Philpotts para la
prevención y recuperación del cáncer y otras enfermedades serias que requieren
un tratamiento sistémico de penetración profunda completo par todo el cuerpo”.
Afirmaciones igualmente absurdas pueden encontrarse en

www.stopcancer.com/magnets.htm.

 

¿Realmente la legión de magnetoterapeutas y vendedores de
imanes se creen las increíbles afirmaciones que hacen? ¿Son individuos con
buenas intenciones pero equivocados o son artistas de la moneda que dirían
cualquier cosa por tal de hacer negocio? Muy posiblemente haya involucrados de
los dos tipos.

 

Estudios sobre
magnetoterapia

La conclusión general de nuestro artículo en BMJ se afirmó
en la primera frase, “Creemos que hay una epidemia mundial de magnetoterapia
inútil” (Finegold y Flamm 2006). Como puedes imaginar, esta afirmación no fue
recibida bien por la comunidad de curación magnética. Encontramos que muchos
estudios sobre “magnetoterapia” fueron publicados en revistas “alternativas” en
lugar de revistas médicas revisadas por pares.

Muchos estudios incluyen muy
pocos pacientes para alcanzar conclusiones estadísticas significativas. Otros
tenía problemas con los grupos de control con placebo. Por ejemplo, los sujetos
de estudio se dieron cuenta de que llevaban un brazalete magnético en lugar de
un brazalete placebo cuando empezaron a atraer clips de papel u otros objetos
metálicos. A la luz de las enormes cantidades de dinero gastados cada año en
supuestos imanes terapéuticos, se había llevado a cabo sorprendentemente pocos
ensayos controlados aleatorios legítimos para evaluar su eficacia.

Una
excelente crítica a la magnetoterapia por parte del fundador de Quackwatch el
Doctor en Medicina Stephen Barrett, puede encontrarse en

www.quackwatch.org.

 

¿La magnetoterapia es
al menos teóricamente posible?

En realidad, mucha gente busca informes anecdóticos de
curación, particularmente entre atletas u otras celebridades de confianza, para
ser más convincentes que sus estudios científicos.
 
Ciertamente hay mucha gente vendiendo magnetoterapia. ¿Pero
hay, incluso a nivel teórico, alguna forma en que los imanes puedan tener algún
efecto curativo?
 
En nuestro artículo de BMJ restringimos nuestros comentarios
a los dispositivos magnéticos típicos que afirman tener valor terapéutico:
estos usan imanes “estáticos” como los que usamos para pegar notas en la puerta
del frigorífico. En este contexto, estático significa que no se mueve y no
tiene nada que ver con la electricidad estática. Los imanes en movimiento o
electroimanes de pulso pueden crear campos eléctricos y radiación
electromagnética que podría tener algún efecto sobre los tejidos vivos. Por
contra, un imán sin movimiento típico produce sólo un campo magnético. ¿Existe
algo en el cuerpo humano que se vea afectado por los campos magnéticos?
Sorprendentemente, la respuesta parece ser no. Esto parece estar en contra de
la intuición ya que la mayoría de la gente sabe que el oxígeno de nuestra
sangre lo lleva la hemoglobina que contiene hierro. Esto se debe a que las
tabletas de hierro a menudo se recomiendan para el tratamiento de la anemia.
Sin embargo, el hierro de la hemoglobina no es ferromagnético (ver
www.badscience.net).

Si la hemoglobina contuviese hierro ferromagnético sería
simple separar las células rojas sanguíneas del resto de células de la sangre
con un imán.

Diversos estudios han demostrado que los campos magnéticos
estáticos no afectan al flujo sanguíneo
 

 (ver
www.hfienberg.com/clips/magnet.htm

y

www.quackwatch.org).

 

Tal vez más importante, si la hemoglobina contuviese hierro
ferromagnético la gente podría explotar o salir lanzada cuando se les expone al
extraordinariamente potente campo magnético de una IRM (Imagen por Resonancia
Magnética). Para una mirada fascinante a cosas que pueden ir mal cuando los
materiales ferromagnéticos se acercan demasiado al potente campo magnético de
una máquina de IRM, visita
 
http://mripractice.tripod.com/mrpractice/id69.htm
 
y www.simplyphysics.com/flying_objects.html.
 
Sin embargo, por el bien del argumento, ¿qué pasaría si
pudiesen demostrarse algunos efectos magnéticos sobre los tejidos humanos?
¿Cuál es la probabilidad de un efecto curativo o terapéutico?
 
Probablemente de poco a nada. Por analogía, considera los
compuestos químicos. El número de compuestos químicos conocidos es del orden de
10 millones. Sin embargo, sólo un puñado ha demostrado tener alguna vez algún
efecto terapéutico. Es más, millones de ellos son tóxicos. Sería muy imprudente
comer o beber cualquier cosa que encontremos en las típicas estanterías de un
laboratorio químico. Si los imanes tuviesen efecto sobre los tejidos humanos,
no hay ninguna razón para que ese efecto fuese necesariamente curativo.
 
Es más, incluso los raros compuestos químicos que tienen
efectos curativos normalmente lo tienen sólo en un rango específico de dosis.
Casi cualquier prescripción médica puede dañar o matar si ingieres lo bastante.
Si, teóricamente, un imán tiene algún efecto sobre los tejidos humanos y si,
asombrosamente, el efecto fuese beneficioso en lugar de tóxico, ¿no se
esperaría que tuviese una dosis óptima? Incluso los imanes curativos anunciados
varían ampliamente en su fuerza de campo.
 
Muchos vendedores de imanes afirman que cuanto más potente
es el imán, mayor es el efecto curativo. Esto suena bien, pero tiene poco
sentido. Todas las terapias efectivas que incluyen medicación, rayos-x, y
lásers se vuelven tóxicos o dañinos a niveles altos. No obstante, la
“magnetoterapeuta” que debatió conmigo en la radio de la BBC inmediatamente
después de que se publicase nuestro artículo me reprendió por no comprender que
algunos curanderos de imanes fallan porque no usan imanes lo bastante potentes.
Fue tan convincente que creo que realmente se creía lo que decía. El
presentador de la BBC hizo el apunte de que la magnetoterapeuta estaba
“certificada”. ¿Por quién, pregunté? ¿La Asociación Intergaláctica de
Curanderos de Cristales e Imanes? Tras la charla mi colega el Profesor
Finegold, que creció en el Reino unido, me informó de que la palabra
“certificado” tiene una connotación peyorativa sobre la salud mental allí. Tal
vez el presentador de la BBC no estaba favoreciendo a mi oponente.
 
Algunos defensores de los imanes sostienen que nadie ha
probado de forma concluyente que los imanes no pueden curar. Por supuesto, esto
es un paso atrás. Cuando se acude a la curación, el peso de la prueba recae en
el vendedor, no en el comprador. Se supone que se ha probado que una terapia
funciona antes de promocionarla al público. Si esto no fuese así, las compañías
médicas ahorrarían miles de millones vendiendo toda clase de medicinas y
dispositivos sin probar. En realidad, el gobierno insiste en que cada
medicamento y dispositivo terapéutico debe ser meticulosamente comprobado tanto
en seguridad como en eficacia. Este sistema de protección funciona generalmente
y sólo raramente se cuelan productos ineficaces o inseguros hacia el público.
 
Tristemente, parece no haber tal ley de protección para los
imanes, cristales, amuletos, pociones mágicas y otras curas milagrosas.
 
Finalmente, en la tormenta de críticas que siguieron a la
publicación de nuestro artículo en BMJ,  – British Medical Journal – una queja frecuente era que no tenía mi
mente “abierta”. Sería más preciso decir que mi mente está abierta pero no a
los disparates. Si una investigación llevada adecuadamente demuestra un efecto
curativo auténtico en los imanes magnéticos, alegremente incorporaré la
magnetoterapia en mis prácticas clínicas. Hasta ese momento, espero que los
padres lleven a sus hijos a médicos que se basan en las pruebas en lugar de a curanderos
de imanes “certificados”.
 
Notas:
1. Brody, J. 2000.
Less pain: Is it in the magnets or in the mind? New York Times, November 28:
F9.
2. Weintraub, M. 1999.
Magnetic bio-stimulation in painful diabetic peripheral neuropathy: A novel
intervention-a randomized, double-placebo crossover study. American Journal of
Pain Management 9: 8-17.
3. Finegold, L., and
B.L. Flamm. 2006. Magnet therapy: Extraordinary claims, but no proved benefits.
British Medical Journal 332: 4.

Autor: Bruce L. Flamm
Fecha Original: julio/agosto de 2006
 
Enlace Original http://www.csicop.org

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