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“De todo corazón deseo que la persona que reciba el órgano le sirva y salga bien su operación. Se lleva el corazón de una persona hermosa, lleno de amor y misericordia, que siempre sufría por el dolor de los demás”.
El relato de Paola Novoa que sufre ante la pérdida de su marido en un trágico accidente, pero que encuentra consuelo ante el deseo en vida expresado por su esposo y que ella desea se cumpla a cabalidad.
Esta loable decisión hace que se despliegue un complejo y acelerado operativo en el que participan diversas instituciones para que, en cosa de horas, los valiosos órganos de un donante puedan llegar, en forma oportuna, a otras personas que lo requieren imperiosamente y que, ahora tienen la esperanza de seguir viviendo.
Se recibe la información que en el Hospital Regional de Rancagua, un hombre de 41 años, quién el pasado 8 de febrero fue víctima de un atropello en el sector El Manzano, en las cercanías del Lago Rapel, lamentablemente entraba en estado de muerte cerebral. Ante este doloroso diagnóstico, su esposa autoriza la donación de los órganos que puedan ser utilizados en otros pacientes que luchan por su vida. “Él tomó la decisión de donar cuando veía en televisión cómo sufría la gente cuando esperaban por un trasplante y a veces morían esperando”, afirmó Paola Novoa.
El equipo del SAMU O’Higgins se traslada en ambulancia, con el apoyo de escolta de Carabineros, hacia el Aeródromo “La Independencia” perteneciente a la Brigada de Aviación del Ejército, para esperar por el avión ambulancia que trae al equipo médico del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar que trasladará, a la Quinta Región, el corazón del donante.
“Nosotros hacemos el apoyo logístico de traslado del equipo médico de trasplante, además de su implementación quirúrgica y los llevamos directamente a pabellón y tras la extracción de los órganos debemos regresar nuevamente al aeródromo”, explicó la Dra. Soraya Jara, médico jefe SAMU O´Higgins.
A la llegada del equipo de trasplante, el traslado hacia el Hospital Regional debe ser muy expedito. “Nosotros recibimos la información que existía un corazón a las 14:00 horas, entonces chequeamos que exista disponibilidad de recipiente UCI para llevar el órgano y viajamos. No pueden pasar más de cuatro horas desde la extracción hasta que vuelva a latir en el recipiente por lo que la coordinación en minutos debe ser exacta”, relató Felipe Cárcamo, médico anestesiólogo de Cardiología del hospital viñamarino.
Los médicos del Gustavo Fricke vienen sólo por el corazón, pero la donación contempla además hígado y riñones, por lo que existe coordinación con otros equipos médicos que cumplirán funciones similares para los otros procuramientos o traslados de órganos.
Para la enfermera Bárbara Figueroa Badilla, coordinadora de la Unidad de Procuramiento de Órganos del Hospital Regional Rancagua, el esfuerzo de tantos profesionales nace desde la voluntad de la propia familia que sufre la pérdida de un familiar. “Nuestros esfuerzos como hospital no tendrían frutos sin la voluntad de la familia de los donantes, quienes en una muestra de solidaridad y amor al prójimo, respetan la voluntad de su ser querido fallecido y eligen dar vida a través de la donación”, dijo la profesional.
Se estima que la generosa decisión de un donante puede salvar hasta 18 vidas si las condiciones de los distintos órganos pueden ser utilizados a plenitud.
Una de las personas beneficiadas fue Paulina Pacheco, dueña de casa que se había convertido en prioridad nacional, ante la necesidad de un trasplante de hígado. Ella, ya fue intervenida en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, con el órgano que viajó desde Rancagua.
“Ojalá todos sientan la necesidad de querer donar órganos. A mi esposo no lo veré nunca más, pero sé que estará viviendo en otras personas”, afirmó la señora Paola Novoa.