Su familia, dependiente de la producción y venta del tabaco, se vio afectada por el bajo valor que éste tenía en los poderes compradores. Por ello y recurriendo a sus capacidades, se dedicó, a la confección de ropa, particularmente uniformes para niños del sector. La calidad de sus productos, la responsabilidad en las entregas y su permanente búsqueda de mejoramiento, fueron su mejor difusión, ampliando poco a poco el número de clientes.
Conciente que la incrementada cartera de clientes demandaba nuevos desafíos, la empresaria decide postular al capital semilla de SERCOTEC, donde obtiene 3 millones de pesos. Los recursos le permiten adquirir la maquinaria e insumos necesarios para continuar creciendo. De esta manera, y con una fuerte orientación al cliente, decide instalarse con su negocio en el centro de Chimbarongo, una apuesta arriesgada, que le trajo positivos frutos, abriendo mercado para la confección de uniformes y ropa deportiva de colegios ubicados en las comunas aledañas.
Con una persona contratada y dos alumnas en práctica, “Mavalus” se encuentra en pleno proceso productivo para el período escolar 2010. A pesar de la competencia que se ha instalado en las cercanías de su negocio, la empresaria confía en su calidad y su servicio. “No es la confección y la venta de prendas escolares y deportivas la que vendemos, sino que confianza, calidad y seriedad, y eso nos ha llevado a ser reconocidos por diversos clientes que nos han recomendado. Nuestra estrategia es una permanente fidelización de nuestros clientes, a través de una política de mucha responsabilidad tanto en nuestros productos como en los plazos de entrega”, señala Marisol Guajardo.
Este crecimiento tan anhelado, la ha llevado a soñar, y entre sus próximas metas, espera consolidar su negocio y abrir uno nuevo, manteniendo siempre los valores que mueven su empresa.
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